Editor: Mario Rabey

25 de octubre de 2010

Exodo de la ciudad - El Bolsón 1971-1972

Tocar la guitarra, cantar, escribir. La comunidad en el Río Azul
por Mario Rabey

Entre el invierno y la primavera de 1971, un grupo de hippies de Buenos Aires habíamos conseguido -gracias a una colecta de los integrantes de la troupe de Hair-, comprar unos pasajes a El Bolsón, unas bolsas de arroz integral, semillas de hortalizas, algunas herramientas para hacer una quinta y algunos otros elementos y sustancias necesarias.

Alguien había conseguido una casa -si la memoria no me falla, fue Rafael Lafleur-, con un gran ambiente común, con unas vistas extraordinarias a las montañas y una salamandra -estufa a leña de relativamente bajo consumo, hecha de hierro-, a orillas del río Quemquemtreu. Las semillas fueron plantadas, la huerta creció. Una denuncia llevó a a la policía -o la gendarmería, no me acuerdo-, a buscar marihuana a la casa. No había. Igualmente los que estaban en ese momento allí fueron presos por unos días, hasta que se aclaró todo. Pero el dueño de la casa no quiso mantener ese préstamo. Se consiguió otra casa más lejos, más al oeste, en medio de la cordillera: un aserradero abandonado, pasando la Loma del Medio y el río Azul.

Al final del verano de 1972, una chica y yo subimos a dos caballos e hicimos un viaje de quince días hasta Neuquén, donde nos quedamos trabajando en la cosecha de la manzana y la uva. Después me volvería a Buenos Aires y al poco tiempo empecé a estudiar antropología. De la comunidad hippie, no tuve más noticias, salvo que algunos de sus integrantes se habían quedado en El Bolsón.

En esos meses, Pedro y Pablo publicaban su disco Conesa, que incluía dos temas claves para lo que iba a pasar después en El Bolsón: El Bolsón de los Cerros y Éxodo. También incluía Padre Francisco y Apremios Ilegales, consolidando el lugar de Pedro y Pablo en el rock de acá que más claramente con-jugaba revolución político-social y contracultura. Un lugar donde ya se había establecido con su primer elepé, Yo vivo en esta ciudad, que incluía su archiconocido Marcha de la Bronca y su muy profundo y muy político-social Pueblo nuestro que estás en la tierra, junto con otros temas más típicamente contraculturales.

En 1973, empezó a llegar nueva gente desde la ciudad. Lo cuenta Silvia Washington en otra entrada de mano de mandioca.



EXODO

Miguel Cantilo, 1972

Habrá que ver a donde vamos
A la frontera del país
Buscando límites y campos
Para quedarnos a vivir
Hermano mío que te retiene por aquí

Las arboledas en invierno
Son transparentes ya verás
La nieve cubre los senderos
Y el habitante tiene paz
Hermano mío, no lo querrás desperdiciar

Hay una tierra prometida
Para los hijos de tu grey
Al otro lado de la ruina
Comenzaremos a crecer
Hermano mío, tóma lo tuyo y únete

Verás el éxodo que nace
Ya nunca, nunca morirá
Motocicletas y mochila
Camiones a tu largo andar
Hermano mío, el éxodo de la ciudad

EL BOLSON DE LOS CERROS
Miguel Cantilo, 1972

En el bolsón de los cerros
Se acomodó el sol de enero

Cálida trampa que encierra
Verde espuma de cada ladera
Pico de sal, resto de nieve
Nieve estival que no muere.

Valle de pre cordillera
Disciplinada arboleda

Todo el aplauso del viento
Sobre la fronda de copa redonda
Y el ajedrez, verde tablero
Donde los peones son el rey.

En El Bolsón de los cerros
A caminata del pueblo
Una guitarra de acero
Llanto de pibes Verónica ríe
Comunidad de la montaña
Yerbas y cañas de pescar.

El Bolsón de los Cerros
Pino y ciprés
El Bolsón de los Cerros

Noches y noches sureñas
Frente a la leña
Fuego de paz y poesía
Todo contagia su olor a madera
Y el ventanal me habla de afuera
Con su manera de cristal.

3 comentarios:

Claudia Carlisky dijo...

En la primera estuve yo, cerca del rio Quemquemtreu, cuyo nombre no sabia.. Tenia 15 o 16 anios. Ahi nacieron Merlin y Aladino, pero yo, ya no estaba... Solo me quede unos dias... llegamos con Alejandro Lafleur a dedo... desde Buenos Aires, nos llevo varios dias. Recuerdo la salamandra en la cocina cuando entrabas y el cuarto inmenso. Recuerdo perfectamente cuando se les ocurrio a Ruben y a los actores de Hair en Buenos Aires buscar un lugar para hacer una comunidad. Fueron Rafael Lafleur y el amigo de Susi Debert, el padre de Aladino que encontraron la casa me parece, pero no estoy segura... Vi el anio pasado en Paris donde vivo desde el 75 una pelicula de Pablo Aguero sobre el Bolson, Salamandra, justamente. El Bolson totalmente descuajeringado y decadente.

Anónimo dijo...

Sí, Claudia, esa es la visión de ese chico, Pablo Aguero, que llego muy pequenio, creo yo que con 7 u 8 anios a El Bolsón, 1980 y algo.
Aquí, en El Bolson, se expande el brote urbano desmesuradamente, pero no esta muy lejos del correo la naturaleza pura, habra que caminar tres o cuatro horas. Y ahi todo esta como era entonces, cuando el espiritu que imagino este mundo andaba de buenas...
Javier Molins

Ronan Bar dijo...

Yo estuve con Luz en enero de 1071, (después de pasar un mes en Bariloche tocando con mi banda Orion's Beetrhoven...) Pasamos el año nuevo en la casa del Rio Quemquentreu, al lado del Puente Nuevo... Estaban Susy Debert y Teddy Vega (El padre de Aladino, Claudia..., Rubén Elena, Rubén Andón, Verónica (la madre de Merlin, y sospecho que la Verónica que rie, que menciona Miguel en su canción...)Creo que también estaba Rafael Lafleur... Comíamos un arroz integral insulso, hasta la llegada de Lovato, que hacia maravillas de la comida macrobiótica, con el uso de la soja, algas, y sal marina... Pasaron 40 años, y aunque me quedé me quede solo dos o tres semanas, todavia tengo grabados en mi memoria algunos momentos mágicos: Atardeceres donde el sol se ponia sobre el Piltriquitrón a las 9.15 exactamente... Bañandonos todos juntos, desnudos en el Quemquentreu, de aguas heladas, y una corriente tan fuerte que para cruzarlo tenias que apuntar 50 metros a la izquierda con el agua a la cintura, (a orillas de ese rio lavabamos los platos con arena después de comer...) Unas cascadas de agua cristalina..! Oh, cuanta belleza..!
Gracias Mario, por recordarnos este tesoro que teníamos guardado en nuestra memoria y nuestro corazón..!